lunes, noviembre 27, 2006

EL DESEMBARCO DE FLORES

Flores llegó al 30% en las elecciones internas del PPD. Menos de lo que se esperaba, y para muchos, hace rato una decepción como Senador.

El cambio ha sido rotundo desde el momento que decidió congelar su militancia porque no podía seguir compartiendo un espacio donde había prácticas mafiosas y pandillescas. Manos Limpias le puso a su campaña bloguera, recordándonos a muchos, el mismo nombre que usó la generación de los ochenta, contra el pinochetismo.

Desde allí hasta su conversación con la Presidenta Bachelet, todo iba OK para su nuevo perfil político: el adalid de la anticorrupción.

Sin embargo, en su entrevista de Tolerancia Cero cometió un serio error. Comentó su conversación privada con la Presidenta de la República y reveló “la comisión secreta” de Bachelet. Queda muy mal, solo con su causa, y quiebra su relación de confianza con ella.

Bachelet por su parte, en una precipitada decisión, recibe a Carolina Tohá, sin esperar a que llegue Bitar, quien apenas puede declara su malestar con el hecho y se encuentra obligada a recibirlo… más tiempo que a Flores.

Qué manera de solicitar a la Presidenta, la que a su vez les puede dedicar tantas horas. El tironeo de los grupos internos del PPD la ha obligado a una serie de gestos inéditos para la investidura.

Por fin, la Presidenta declara que respeta la institucionalidad del PPD y respecto a Flores, su postura ha sido que no comenta sus conversaciones privadas. Queda todo en su lugar, el PPD a realizar su consejo y Flores a recoger el hilo, que ya el volantín estaba para irse a las pailas.

En la semana que termina le dijeron de todo. Quedó como pirómano porque le echan la culpa del incendio del partido; que había instalado un estilo crudo y frontal; muchos recordaron sus prácticas burlescas y despreciativas de sus talleres; otros dijeron que era un desleal con el PPD; un par de abogado se bajaron del supuesto equipo formado; que había traicionado la confianza de la Presidenta y pocos, aunque los hubo, que directamente dijeron que “Flores la cagó”.

Pero en los fines de semana en Chile, suele cambiar todo y esta no era la excepción. La foto del domingo en los medios es decidora: Bitar al medio, escoltado por Girardi y Flores, que se dan la mano frente al Consejo General del PPD, esto es, la paz, la unidad partidaria, la mayoría y la minoría.

Aunque la misma fuerza que exhibe Bitar es su debilidad. El poder en el PPD hoy es un triunvirato. Se cerró el triángulo de poder. Y lo más paradójico es que Vidal haya estado enfermo, justo ahora que los operadores acusados reclaman su paternidad. Pero fue el laguismo dicen, la ultimo ratio, por lo que huele a la paz de Eyzaguirre.

Sumando y restando. El PPD ha querido poner un alto en la crisis a través de la gestualidad de su último Consejo. Bitar se anota un triunfo, porque ha logrado lo que nadie esperaba, y ratifica su eternidad en la política nacional. Girardi muy vapuleado por casi todos, hace mea culpa y declara que “todos somos responsables” de la manera como se está haciendo la política, y logra mantener su cuota de poder en el partido, no así ante la ciudadanía. ¿Y Flores? Suma. Logró remover los cimientos de la Concertación, emerger como Corregidor de la ética política, y poner en tela de juicio la identidad de un otrora denunciador denunciado. Abrió una nueva realidad política, para el PPD y la Concertación, a partir de sus declaraciones contra la degeneración de la práctica políticas, que consideran al ciudadano como usuario y un cliente. Ojala que realmente este remezón sea una oportunidad para la democracia chilena, para el trabajo en equipo, los estilos participativos, los colectivos de opinión. Esperemos que el antidivismo de la gente que abraza causas y no tiene patrones ni rinde culto a la personalidad, se imponga. En serio.

domingo, noviembre 12, 2006

EN OTOÑO / PRIMAVERA