TODOS CON MICHELLE
Esta vez queríamos estar en medio del sobajeo ciudadano. Y esperamos que pasara algo del calorazo, y a eso de las 19.45 hrs. salimos por la estación Ponticuica e intentamos ingresar por Portugal, pero el agobio fue total. Además, creyendo lo del blanco… completamente ángeles de color grisáceo entre la turba colorinche. Mejor volvemos a la otra cuadra, entonces, después de unos 10 minutos volvimos al aire, y ahí literalmente, vivenciamos la importancia del respeto al metro cuadrado de cada cual. Otra vez a buscar la ruta, y ahora si lo logramos y entramos definitivamente en la pista, a la altura del Cerro Santa Lucía, y me acuerdo que aquí se fundó la ciudad de Santiago, entonces, qué estaremos fundando hoy… y a lo lejos un rumor de algo que parece música… ya lo dijo el Flaco, a este productor le iban a faltar pantallas y parlantes. Y lo que sobran son banderas, que lo tapan todo… y está bien porque vino un montón de gente, nos dijeron al principio que habían 100 mil, ahora parece que llegaremos a las 200 mil, porque siguen llegando.
Está muy emocionante esto de encontrarse con todo el mundo, porque hay de todo, familias completas, jóvenes vestidos con pantalones moteados de militares y que son agarrados pa´l hueveo por una señoras socialistas, mucha chica linda, todos los de corbata que venían de la pega, unos ciclistas incluso, mucho joven a mil, además hay sándwiches de potito, maniconfitado, cuchuflis, bebestibles varios. Por allá, cerca de la salida aire del Metro, cada vez que pasa un carro, la challa y el confeti hacen las delicias de los que estamos cerca, y por ahí, la Vero que encontró un lugar y otea desde arriba de una reja, frente a la Católica. Entre tanto caminar e intentar escuchar algo, nos perdemos y no nos volvemos a encontrar. Parece que suena la Canción Nacional y por si acaso, la entonamos igual, claro que vamos con las estrofas medio atrasadas, pero total, el sentimiento patrio es lo que vale.
Cuando aparecen los españoles, sólo la voz maravillosa de Ana Belén nos llega hasta el lugar, y la tonada de Manuel Rodríguez la entonamos de memoria, como si estuviéramos en el colegio. De Ismael Serrano no nos enteramos y a Victor Manuel no le reconocemos la canción, por tanto no es imposible acompañarlo… y gritando “que bajen las banderas”, algo logramos ver, y parece que por allí se subió Miguel Bosé, a raíz de los gritos desaforados de miles de feminas que lo anuncian. Y con su “Te amaré” a capela que nos ofrece a todo Chile, y a la candidata en particular, el ánimo está por las nubes. Ahí se supone que se sube Bachelet, y él de blanco, y ella de celeste. Más gritos, vuelven las banderas, y otra vez no vemos nada.
Empieza el discurso, y por más que intentamos hacer callar a los asistentes con un zumbido “sssssssshhhsss” no nos resulta, y nos llegan unas medias palabras y el eco de que estará diciendo lo que esperamos. Igual la alegría es inmensa, y ya como no se entiende nada, mejor gritamos todos, y seguimos saltando, bailando y viviendo este momento de euforia colectiva.
Decidimos avanzar diagonalmente y es casi imposible cruzar. Mejor nos devolvemos y empezamos a avanzar hacia la Biblioteca Nacional y hasta allá llega la multitud. La Alameda completamente tomada, los autos con banderas nos saludan, y mucha gente se pregunta si esto terminó o todavía seguimos aquí. Aún hay luz de día, las micros pasan llenas, los habitantes de los edificios colindantes son los únicos que han disfrutado realmente, y a lo lejos miles de globos empiezan a elevarse. Ahora si parece que terminó, movámonos más rápido para que no nos agarre la masa, decimos, y empezamos a caminar raudamente. Más de alguien insiste que esto no puede ser tan corto, y si alguien sabe qué dijo la Michelle. Y efectivamente, después nos enteraremos que su discurso no duró más de 10 minutos, todo un record declarado por alguno de los invitados extranjeros que ni siquiera fueron mencionados por el animador. ¿Quién habrá hecho el guión? La Intendenta anuncia 200 mil personas. La candidata ha logrado una vez más reunirnos como ciudadanas y ciudadanos, alegres y seguros que el 15 vamos a triunfar.
Berni Cancino
Está muy emocionante esto de encontrarse con todo el mundo, porque hay de todo, familias completas, jóvenes vestidos con pantalones moteados de militares y que son agarrados pa´l hueveo por una señoras socialistas, mucha chica linda, todos los de corbata que venían de la pega, unos ciclistas incluso, mucho joven a mil, además hay sándwiches de potito, maniconfitado, cuchuflis, bebestibles varios. Por allá, cerca de la salida aire del Metro, cada vez que pasa un carro, la challa y el confeti hacen las delicias de los que estamos cerca, y por ahí, la Vero que encontró un lugar y otea desde arriba de una reja, frente a la Católica. Entre tanto caminar e intentar escuchar algo, nos perdemos y no nos volvemos a encontrar. Parece que suena la Canción Nacional y por si acaso, la entonamos igual, claro que vamos con las estrofas medio atrasadas, pero total, el sentimiento patrio es lo que vale.
Cuando aparecen los españoles, sólo la voz maravillosa de Ana Belén nos llega hasta el lugar, y la tonada de Manuel Rodríguez la entonamos de memoria, como si estuviéramos en el colegio. De Ismael Serrano no nos enteramos y a Victor Manuel no le reconocemos la canción, por tanto no es imposible acompañarlo… y gritando “que bajen las banderas”, algo logramos ver, y parece que por allí se subió Miguel Bosé, a raíz de los gritos desaforados de miles de feminas que lo anuncian. Y con su “Te amaré” a capela que nos ofrece a todo Chile, y a la candidata en particular, el ánimo está por las nubes. Ahí se supone que se sube Bachelet, y él de blanco, y ella de celeste. Más gritos, vuelven las banderas, y otra vez no vemos nada.
Empieza el discurso, y por más que intentamos hacer callar a los asistentes con un zumbido “sssssssshhhsss” no nos resulta, y nos llegan unas medias palabras y el eco de que estará diciendo lo que esperamos. Igual la alegría es inmensa, y ya como no se entiende nada, mejor gritamos todos, y seguimos saltando, bailando y viviendo este momento de euforia colectiva.
Decidimos avanzar diagonalmente y es casi imposible cruzar. Mejor nos devolvemos y empezamos a avanzar hacia la Biblioteca Nacional y hasta allá llega la multitud. La Alameda completamente tomada, los autos con banderas nos saludan, y mucha gente se pregunta si esto terminó o todavía seguimos aquí. Aún hay luz de día, las micros pasan llenas, los habitantes de los edificios colindantes son los únicos que han disfrutado realmente, y a lo lejos miles de globos empiezan a elevarse. Ahora si parece que terminó, movámonos más rápido para que no nos agarre la masa, decimos, y empezamos a caminar raudamente. Más de alguien insiste que esto no puede ser tan corto, y si alguien sabe qué dijo la Michelle. Y efectivamente, después nos enteraremos que su discurso no duró más de 10 minutos, todo un record declarado por alguno de los invitados extranjeros que ni siquiera fueron mencionados por el animador. ¿Quién habrá hecho el guión? La Intendenta anuncia 200 mil personas. La candidata ha logrado una vez más reunirnos como ciudadanas y ciudadanos, alegres y seguros que el 15 vamos a triunfar.
Berni Cancino
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