DESDE COLOMBIA, PATO VARAS
En el día de lanzamiento del libro El Quiltro, por favor abracen de mi parte a todos los amigos que se acuerden que fui parte de ese gran episodio de la historia de la generación de los 80's en Chile. Lo que van a hacer con El Quiltro es un paso obligado en la memoria de un país que debe aprender de su historia, no sólo para no repetir una parte de la historia que no nos gusta, sino también para repensar el propio futuro, esta vez con las emociones de un presente distinto, las emociones de este nuevo siglo.
Lo que va a representar El Quiltro como libro es una señal que dice que nosotros también somos capaces de pensar en grande, que al ser jóvenes una vez, "aquella vez", marco una ruta de grandezas que nos representan son símbolos, utopías y sueños que para nosotros es imposible borrar de nuestros cuerpos. ¿Y es que acaso somos tercos, ingenuos o ignorantes los de aquella generación como para insistir en utopías?, NOOOO, lo que pasa es que hemos sido mucho más ambiciosos incluso que aquellos que representan su juventud en los años 60´s (los que hoy gobiernan, por cierto). ¿Pero ambiciosos de qué? Pues a diferencia de aquellos de los 60´s nosotros hemos sido ambiciosos de la LIBERTAD, nosotros los de los 80´s somos aquella generación, que como ninguna otra generación en la historia de los movimientos políticos, sociales y culturales de Chile, ha luchado más por la libertad, al punto de que muchos de esos luchadores por la libertad se tuvieron que ir al cielo siendo jóvenes, hoy testigos de esto desde un lugar al que los vivos no tenemos acceso.
Aunque las utopías igualitarias nos alcanzaron a seducir, nunca la conciencia colectiva de nuestra generación, la de los 80´s, estuvo más cargada de motivaciones y emociones libertarias, donde cada gesto callejero dejaba asomar que la gran historia con nosotros se había equivocado, pues aunque creemos en un desarrollo material digno para todos, dicha creencia nunca estará a la altura de los anhelos de autorrealización. Los de los 80´s somos una generación que valoró al individuo, SI, pero al individuo solidario, al individuo capaz de enfrentar cualquier forma de alienación, al individuo que vio en la cultura su contenido existencial, pues nunca hicimos nuestra tarea de espaldas a la calle, no nos ahorramos ninguna palabra en la plaza pública, no nos escabullimos en ningún instante de nuestras conciencias, por eso los opresores, los conservadores y los pragmáticos siempre nos temerán, porque somos de aquellos, que como un quiltro, dan todo por seguir caminando libres y sin dueño.
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