sábado, noviembre 26, 2005

EL QUILTRO 20 AÑOS DESPUES

¿Qué somos? ¿Lectores, personas, seguidores, admiradores, amigos, compañeros? En todo caso, más de 150 personas nos encontramos en la Cafetería de la Casa Central de la Católica de Valparaíso, en la época del Quiltro, UCV y ahora, en la época del reencuentro P.U.C.V. Nos enteramos que por aquí pasó el Pontificado cuando estábamos fuera.

La actual cafetería -La Cafeta- reemplazo a nuestro antiguo Casino, el lugar donde renació el movimiento estudiantil en dictadura. Fue tal el éxito del espacio para los estudiantes que se convirtió en el cuartel general de todas las rebeldías universitarias de nuestra generación. En consideración a ello, el rector de la época, el nunca bien ponderado Raúl Bertelssen y redactor de la Constitución del 80, en una de sus muestras de ira bíblica, arrasó con el lugar del cual sólo quedaron los pilares. Algunos de nosotros hicimos una animita de cartón forrada en papel mural, con una semblanza de estudiantes en una animada charla y con un lienzo que cruzaba de lado a lado, con un epígrafe: “Gracias por las protestas concedidas”, engalanado con frasquitos de flores y velas ad-hoc.

Estando en esa, fuimos agredidos por un grupo de miristas, que movidos por una mala interpretación del gesto, destrozaron a patadas nuestra animita, diciendo que nos estábamos riendo de los DDHH. ¡Qué más lejos de nuestra posición! Nosotros considerábamos que ésta era una ironía sublime para los devotos católicos, que no dudaban en destruir este lugar para impedir que expresáramos nuestra común rebeldía ante la dictadura.

Más tarde, ya en democracia, el primer Presidente socialista de la FEUC-V, el compañero Thezá, promovió que la Rectoría recuperara ese lugar como un espacio de encuentro para los estudiantes.

El día señalado, el 25 de noviembre de 2005, paradójicamente en que Pinochet cumplió 90 años, llegamos de nuevo a la UCV. No pudimos ocultar nuestra alegría porque es la primera vez en que ha sido sometido a proceso, y además porque somos una generación que fue su más furiosa antagonista y su declaración de principios, el ser antipinochetista, que en clave política futura significará ser anti-autoritario.

A las 16.00 hrs. desembarcamos con libros y pendones, plumones, y por supuesto el infaltable “chorizo” de los propios ejemplares fotocopiados de El Quiltro, pero también con el computador portátil, el data show y el equipo de sonido, poniéndonos a la altura de la tecnología actual. Además, aprovechando la disponibilidad de Wi-Fi de nuestra alma mater, que a través de una clave permite conectarse a Internet. O sea, nuevamente re-conectados a la P.UCV. Max Valdivia, como siempre fue nuestro anfitrión y don Manuel Campos nos facilitó todos los implementos para la instalación.

La ambientación corrió por la música ochentera, las imágenes de la época, donde todos se reconocieran, y por supuesto, los colgantes con los símbolos de antaño. A poco andar aparecieron los primeros, Joao da Silva, Oscar Collarte, Lucho Rondanelli. A eso de las 19.30 hrs. empezaron a llegar todos: el poeta Pérez, Agustín, la Vero Moreno, Jordi, Oriana Violeta y la Jenny “de montañas y llanos”, la Martita y el Comandante; no faltaron Juan Orellana y Nena Rivera, y por supuesto el profe Fernando Alvarado, e incluso Virgilio Rodríguez, recién arribado de Nueva York, así como Erla desde Chile Chico y Orietta desde Petorca con su nueva cosecha en brazos. Infaltable el Padre Pedro Gutiérrez, igual que siempre. El actual rector, Alfonso Muga, nuevamente estuvo presente, esta vez acompañado de Maitina.

A las 20.00 hrs. tomaron la palabra los editores. González invitó a sentarse, dio la bienvenida y procedió a leer el poema del mexicano Alberto Blanco, “La Tribu”. Posteriormente leyó un discurso que valoraba el libro como un registro para informar a las nuevas generaciones progresistas sobre el legado libertario de una generación que luchó en la universidad y las calles, contra la dictadura pinochetista. Rescató la voluntad y la imaginación como factores esenciales del compromiso político de la generación de los 80 y llamó a desplegar nuevas y renovadas energías para asumir la memoria en clave de futuro.

A continuación, Berni Cancino habló sobre el hacer, destacó la praxis del grupo como generadora de voluntad y creatividad para emprender aventuras colectivas que llegaran a producir obras concretas como El Quiltro y ahora con este libro, donde todos los presentes pueden encontrarse. Destacó la importancia de la colección como testimonio de la época, dada la diversidad de temas y actores que poblaron la memoria generacional, valorando el trabajo colectivo como la instancia decisiva del quehacer del Quiltro, al que rescató como el periódico universitario más relevante de los años 80.

Figueroa habló sobre el significado de El Quiltro, la importancia de la poesía, el humor, el debate y la imaginación en los movimientos universitarios, sus sintonías internacionales, y sus herencias de tragedias y sueños: el “un día seremos leyenda” de Jorge Teillier.

Saldivar destacó el rol que había tenido la UCV como espacio de diálogo y encuentro, recordando a figuras relevantes que nos acompañaron como el Cardenal Silva Henríquez, el actual Presidente Lagos, el poeta Enrique Lihn, entre otros, generándose una amplia práctica de iniciativas políticas y culturales diversas que se anticipó a las otras universidades del país. Cerró agradeciendo a los concurrentes en la figura de cuatro personas presentes: a través del Rector Muga a la comunidad universitaria; a esa parte de la Iglesia comprensiva en el Padre Gutiérrez; a las amigas y ayudistas en la persona de la dirigente feminista y Presidenta del MEMCH 83 Va Región, Martita Díaz; y a los muchos amigos de valores compartidos en el ex – Secretario General de la Juventudes Socialistas españolas, Quico Mañero.

Muchos otros fueron llegando, Ximena Penna, Carola Aroca, René Lues, Pablo Andueza, el Moro, y por supuesto, Pancho de la Maza, responsable de la acaba edición de este libro. Después de un slight de imágenes que recorrió los años ochenta, se presentó el blog nueva propuesta comunicacional de los editores para generar otro espacio de encuentro http://elquiltrodevalparaiso.blogspot.com/. Tras ello, Mañero dirigió unas palabras finales que valoraron El Quiltro, recordando una larga amistad con los editores y declarando su amor por Valparaíso.

Invitamos a todos los asistentes a conocer el libro y adquirirlo. Y de ahí, partimos a la Piedra Feliz, donde Alvaro Muñoz y Lucas Machuca nos esperaban con una sala reservada para quienes portábamos el libro. Reencuentro con viejos amigos, y como dice el poeta Sabina: y ya sabéis, copas, risas y excesos.

Henry Saldívar