jueves, septiembre 22, 2005

DESDE BUIN, FITO GONZALEZ


Que puedo decir; que caries más, caries menos, vamos todavía en tránsito.
Que la línea férrea por la que va nuestro tren, descansa solidamente sobre la leche nutritiva de los recuerdos, de esos que pudimos ysupimos fabricar.
Que la hermosa imputación de recordados provoca la misma emoción modesta y decente que me atacó por el flanco cuando años atrás, en un letrero moribundo, reconocí el nombre de la calle donde gasté las tardes de mi niñez.

Es que los recuerdos tienen esa perfección obscena, ese derecho inalienablea perdurar que los hace cómplices del concreto que soporta nuestras vidas.
Es cierto que a veces olvidan su vocación de pilares formidables que sostienen el alma, pero nunca abandonan su destino y nos sorprenden encualquier esquina recogiendo la antigua provocación de los perfumes y la música.

Sé que hay varias razones para aceptar esta invitación y una de ellas es en nombre del recuerdo. La otra por supuesto es ver que ha pasado con nuestras viejas cartas de navegación y confirmar porqué derroteros cartográficos la gente de entonces ha despilfarrado su afecto.

Me tomé la libertad de incluir a la princesa Panchita. A Pedrito no quiero latearlo.

Con los afectos intactos, nos juntamos como es la propuesta.
Saludos, Fito Gonzalez.